20 d’abril 2008

Instrucciones para montar en buseta:


1º Agudiza la vista y ten clara tu ruta y sus posibles desviaciones. Ten en cuenta que la buseta se te acercará a toda leche y tendrás fracciones de segundo para leer el letrero, descifrar su ruta, levantar la mano y (esto es crucial) clavar la mirada en el conductor. Si haces todo eso y además el tráfico no lo impide (tiene que ser grave cuando lo impide), entonces date por afortunado, podrás montarte en una buseta.

2º Enhorabuena lo has conseguido. Apenas entres tienes que ver por donde saldrás. Si es por delante no importa si está llena o vacía, si es por detrás reza por que esté vacía. En este último caso, verás que el pasillo está hecho de medio cuerpo de ancho y sin embargo hay dos personas, misterios de la geometría. Pero lo mejor está por llegar porque vas a experimentar lo que es un túnel cuántico, vas a ser capaz de pasar por ese espacio que ocupan los que bloquean el pasillo donde no cabe ni un alfiler, no sólo tú sino además tu mochila, bolso, maleta o lo que te acompañe pasarán también, misterios de la cuántica.

3º Ahora toca salir. Lo primero es prepararse con tiempo, acuérdate que el tipo va todo enmierdado. Así que te sitúas cerca de la salida y empiezas a buscar el timbre, normalmente hay un letrero para ciegos, pero cuando no lo hay, la has jodido. Seguro que está en frente de tus narices camuflado como si fuera un clavo o un tornillo más del mobiliario de la buseta y te pones como un bobo a apretar todos los tornillos que tienes a tu alcance. Una vez encontrado calcula la velocidad de la buseta (lo que depende del tráfico, humor del conductor…) y donde quieres que te deje. Si crees que necesitará 50m para detenerse, aprieta el timbre 100m antes y verás como el desgraciado todavía se pasa 200m sobre tus cálculos antes de detenerse. Puede ser que el primer timbrazo no lo haya oído por estar cantando a pulmón limpio el último vallenato de moda (cuya letra seguro es algo así “yo que tanto hice por ella y me dejó, a partir de ahora voy a ser un cabrón con las mujeres”). Bien, si no escuchó el primer timbrazo, timbra otra vez, pero jamás lo hagas una tercera porque romperás su estado de éxtasis cantatorio, si lo haces, no se detendrá hasta llegar a la parte del vallenato de “…y ahora tu que eres una santa te jodiste porque soy un cabrón” que suele estar por el final. Para bajarte tienes que mirar con mucho cuidado porque siempre hay una moto que adelanta por la derecha aunque no exista espacio físico, pasa la moto, otro túnel cuántico.

Y justo cuando pones el pie en el suelo arranca y casi te das una ostia contra el suelo, pero lo lograste, has sobrevivido a la buseta.

2 comentaris:

Jx ha dit...

y por no hablar de la modalidad olímpica del refrote entre pasajeros. estoy por hacerme un cartel que diga: "yo elijo con quien me refroto, coño".
este todo español seguro que impone.

la jirafita rayada ha dit...

Definitivamente eres todo un genio! y te verdad qué envidia que me das de estar en la capital. Un beso muy fuerte desde el Frühlingshafte Mainz :)