15 de setembre 2010

"Fábula de los 3 hermanos" de Silvio

De tres hermanos el más grande se fue

Por la vereda a descubrir y a fundar

Y para nunca equivocarse o errar

Iba despierto y bien atento a cuanto iba a pisar

De tanto en esta posición caminar

Ya nunca el cuello se le enderezó

Y anduvo esclavo ya de la precaución

Y se hizo viejo, queriendo ir lejos, con su corta visión

Ojo que no mira más allá no ayuda el pie

Óyeme esto y dime, dime lo que piensas tú

De tres hermanos el de en medio se fue

Por la vereda a descubrir y a fundar

Y para nunca equivocarse o errar

Iba despierto y bien atento al horizonte igual

Pero este chico listo no podía ver

La piedra, el hoyo que vencía a su pie

Y revolcado siempre se la pasó

Y se hizo viejo, queriendo ir lejos, a donde no llegó

Ojo que no mira más acá tampoco fue

Óyeme esto y dime, dime lo que piensas tú

De tres hermanos el pequeño partió

Por la vereda a descubrir y a fundar

Y para nunca equivocarse o errar

Una pupila llevaba arriba y la otra en el andar

Y caminó, vereda adentro, el que más

Ojo en camino y ojo en lo por venir

Y cuando vino el tiempo de resumir

Ya su mirada estaba extraviada entre el estar y el ir

Ojo puesto en todo ya ni sabe lo que ve

Óyeme esto y dime, dime lo que piensas tú

18 d’agost 2010

Por Pere Estipunya:
Prácticas de química: De la hoja de coca a la cocaína
Las hojas que tengo en mis manos son de la planta de coca.
Si como hacen algunos poblados indígenas las secas y metes en tu boca junto con una bola de fragmentos calcáreos de caracola de mar quemada y triturada, poco a poco irás extrayendo e incorporando a tu organismo un alcaloide llamado cocaína que eliminará tu sensación de hambre, sed, cansancio, dolores, y te mantendrá estimulado durante todo el día.
Pero también puedes recordar las clases de química de productos naturales (disciplina que busca identificar y extraer de la naturaleza sustancias con aplicaciones industriales, agroalimentarias, farmacológicas…) y llevar a cabo un proceso de extracción química ligeramente más elaborado:
Recolectas 100 Kg de hojas de coca (necesitarás unas 6000 plantas) y te pasas media hora triturándolas.
Luego añades 100 Kg de cal (óxido de calcio) y 200 Kg de sal común, y vas pisoteándolas durante una hora para ir rompiendo las paredes de las células vegetales y dejar libres las moléculas de cocaína.
Tu objetivo químico entonces será separar dichas moléculas de todo el resto de componentes en esos grumos sucios de color verde oscuro. En química existen gran cantidad de técnicas de separación, pero una de las más utilizadas – especialmente en los laboratorios de productos naturales- es jugar con la polaridad de las moléculas y su afinidad relativa en ciertos solventes: ir añadiendo diferentes tipos de líquidos que disuelven unas sustancias y no otras, y quedándote en cada caso la fracción que te interese.
Por ejemplo, disolventes orgánicos como la gasolina lo disuelven casi todo: introduces tu mezcla de hojas de coca, cal y sal en un bidón con 120 litros de gasolina, lo remueves durante dos horas, lo filtras, y ya puedes tirar los restos sólidos a la basura. Los componentes de la futura pasta de coca -junto con muchas otras sustancias- se habrán quedado en la fase líquida.
Pero tú no quieres la gasolina para nada. Le añades 10 litros de agua con 50 miligramos de ácido sulfúrico concentrado, remueves enérgicamente durante 10 minutos para que todas las moléculas de la mezcla entren en contacto entre sí, y lo dejas reposar hasta que la fase acuosa y orgánica se separen debido a su diferente densidad. Estás haciendo una clásica decantación líquido-líquido.
Conoces la polaridad de las moléculas de cocaína, y sabes que son mucho más afines a la mayor polaridad de la pequeña fase acuosa que queda en el fondo del recipiente. Coges un tubito, sitúas un extremo en el fondo, y succionas para traspasar a otro recipiente la mezcla transparente de agua, ácido, pasta de coca, sales, y todavía muchas otras sustancias. Eso hay que limpiarlo.
Para ello vas añadiendo poco a poco 1 kg de permanganato potásico. Este compuesto neutralizará los restos de gasolina, cal y sal, y hará que se formen unos grumos sólidos de color marrón oscuro.
Los filtrarás, y te quedarás de nuevo con el líquido transparente que irá goteando dentro de otro recipiente.
Allí es donde se encuentra la mayor parte del alcaloide, disuelto gracias a que el pH es todavía considerablemente ácido.
Entonces vuelves a jugar con las polaridades de las moléculas y su solubilidad: Vas añadiendo poco a poco sosa cáustica para ir neutralizando la acidez de la mezcla y disminuir su polaridad, hasta que una sustancia blanquecina empiece a precipitar.
La filtras. Esa pasta contiene un 90% de cocaína.
Si coges un poquito con el dedo y te la colocas sobre las encías, se anestesiará la zona dejando la misma sensación extraña que cuando el dentista te duerme un área de tu boca.
Lo dejarás secar, y si el proceso ha funcionado correctamente tendrás 1 Kg de pasta de coca lista para ser vendida a narcotraficantes. A ellos sólo les quedará el paso de añadir acetona para limpiar las impurezas de químicos y dejar la cocaína en un estado de polvo ya preparado para su adulteración y posterior uso.

04 de juny 2010

A Colombia en elecciones

"Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel intelectual a la capacidad receptiva del menos inteligente de los individuos a quienes se desea vaya dirigida.
De esta suerte es menester que la elevación mental sea tanto menor cuanto más grande la muchedumbre que deba conquistar.
La capacidad receptiva de las multitudes es limitada y su comprensión escasa; por otra parte, tienen ellas una gran facilidad para el olvido.
Así las cosas, fuerza será que toda propaganda, para que sea eficaz, se limite a muy pocos puntos, presentándolos en forma de gritos de combate hasta que el último hombre haya interpretado en significado de cada uno" Hitler, 1925
Lo injustifacable sólo es soportado por una sociedad cegada por el temor. Bien alimentado, el temor se encauza sutilmente para que sirva de alimento diario. Y crece una sociedad alimentada de mentiras a medias y verdades a medias confundiendo el paraíso con el infierno, quedando prisioneros de lo que la lógica repudia.

19 de març 2010

surealismo en la buseta

Cada viernes llego tarde a clase. Y no es porque no me levante temprano, algo que se me escapa me hace demorar. Todos los viernes por la mañana me digo "has d'eixir abans de casa". No lo consigo. Me gusta echarle la culpa a que nunca pasa la buseta adecuada, y esta que encontré esta mañana, aunque demorada, sí era la propia (por utilizar vocablos locales). Era de esas todolujo acolochadas por todos los lados como las habitaciones donde encierran a los tarados de turno con camisa de fuerza, y la verdad, sólo nos faltaba la camisa de fuerza.

Tenía una estética decimonónica con tecnología de los 70. Obviamente, tenía una sola puerta para entrar o salir, por lo que me senté cerquita para ahorrarme la fregamenta de "con permiso...".

Yo andaba enmimismado pensando en cuánto me iban a odiar las niñas de fono por llegar tarde, y el odio extra por entregarles la matanza de examen que les hice. Sobre la 57 una mujer joven, rubia vestida informal, pagó juiciosamente y se sentó en primera fila, como yo cerca de la puerta. Yo escuchaba el último de el último de la fila "bailarás con los indios danzas guerreras que te aliviarán...". La señora, en la 50, sacó atropelladamente un librito azul que me recordó a un viejo Nuevo Testamento que estaba criando polvo en un trastero del Tossalet. Efectivamente, era un Nuevo Testamento que leyó con pasión apretándolo con los pulgares y el índice de ambas manos.La cosa olía mal, pero se puso peor cuando empezó a mecerse a ritmo descompasado con los frenazos de la buseta y cerraba los ojos repitiendo la última frase leída. "S'inmolarà" pensé, pero no llevaba mochila de suicida, y por la blusita, no parecía tampoco llevar un cinturón bomba.
De repente, la buseta dejó la 13 y encañonó la 45 para bajar hasta la 30 y ahí fue cuando apretó el detonador. Se levantó como un resorte, se giró a la multitud de la parte trasera y gritó "el señor ha llegado". El conductor se giró repentinamente preguntándose "¿cómo? ¿y entró sin pagar?". Al rato, tras varias giradas de cabeza, comprendió que era uno más de los que se le cuelan para pedir algo, pero no se le quitó la cara de atónito porque no entendía que ella hubiera pagado pasaje.
Yo me bajé en la 30 mientras ella seguía gritando "la palabra del Señor permanece, es inmutable , es eterna y les llevará al reino de los cielos". Yo oía la música "Convertidos en paganos subiremos a algún monte a meditar, a adorar becerros de oro y quemar barras de incienso en un altar. Comeremos las raíces de las plantas que más nos hagan soñar; para interpretar el mundo, suponiendo que haya algo que interpretar. "