21 de febrer 2007

sexe per a xiquets


Ho sent per aquells que esperaven alguna cosa més eròtica buscant la paraula sexe. Però em sembla boníssim com els alemans expliquen la reprodicció; el sexe és condició sine qua non de la reproducció, però no al revés, per sort, amb el que ens agrada follar, el món haguera petat fa anys. Per a llegir heu de baixar-vos i ampliar la imatge. Que ho disfruteu.

la abeja maya

Ya basta de tristezas, que estuvimos en carnaval. No sé yo quién iba más disfrazada, si la de las pantuflas y el pijama o la de abeja maya. Y qué tal el perro muerto del mar. El pobre no sé si tenía jaqueca o le dolía una muela.

20 de febrer 2007

ya se fue

Justo después de dejar a mi princesita embarcando, mientras iba en el sky line puse la música de forma aleatoria, y de entre 74 canciones me eligió esta:de

Disfruté tanto tanto cada parte
y gocé tanto tanto cada todo
que me duele algo menos cuando partes
porque aquí te me quedas de algún modo.

Ojalá nunca sepas cuanto amaba
descubrirte los trillos de la entrega
y el secreto esplendor con que esperabas
tu reclamo de amor que ya no llega.

Anda, corre donde debas ir
anda, que te espera el porvenir.
Vuela,
que los cisnes están vivos
mi canto está conmigo
no tengo soledad.

Si uno fuera a llorar cuando termina
no alcanzaran las lágrimas a tanto
nuestras horas de amor casi divinas
es mejor despedirlas con un canto.

algún modo.

15 de febrer 2007

Noooooo marica, ¿y vos qué?

La culpa es de la niña que llamó ayer. Yo estaba tan feliz viendo Le Mepris con el Tili cuando llegó la llamada y así me quedé tras colgar, feliz. Tras comentar un poco la película con la niña por teléfono, le conté de las nuevas de su mamá (se va ya) y me soltó el demoledor "Noooooo marica, ¿y vos qué?". Yo como siempre respondí que bien, que necesito mi tiempo para escribir, mi tranquilidad y mi espacio para el nirvana productor de ideas. Tan iluso, sólo los ignorantes serán capaces de alcanzar la felicidad eterna, y yo lo era. Me resbalaron un poco las palabras, pero justo esas, las más pegajosas, se me enredaron por la pelambrera que me dejo crecer a lo Aznar, para ser más patético. Hay que joderse.
Seguí hablando con Tili, de la vida, de la amistad, de la distancia: de la vida con los amigos en la distancia. Mi teoría es un poco Darwinista. Sólo sobrevivirán las amistades que de verdad merecen la pena vivir. Si hay comunicación, la amistad sobrevivirá a la distancia. Si no hay comunicación, sobrevivirá si la amistad es buena y renace a primera vista, o necesitará de un esfuerzo que se dará de forma natural, es decir sin esfuerzo. En el resto de casos el recuerdo siempre será mejor que la amistad a la que se hubiere llegado ¿Así que uno siempre gana? No, y aquí no tengo nada que añadir, tú ya sabes el precio.
El Tili se acostó y yo seguí leyendo mi libro sobre cuerdas, y mientras me abstraía en esas 11 dimensiones enroscadas y pequeñitas, aquellas 5 palabras trepaban por mi cuello buscando por donde meterse a la mente. Se hizo media noche, cerré el libro, Giuli no había llegado (menuda parrandera), andé con cuidado para no pisar la pata palo del Tili y me acosté dejando caer la cabeza sobre la almohada de la izquierda, no sobre la mía dura, sino sobre la blanda de plumas. Y ese fue mi error. Las 5 palabras se aprovecharon de mi horizontalidad para andar más deprisa y metérseme por el oído que las había ignorado horas antes, al volverme hacia mi almohada, la dura, les cerré la vuelta atrás y ahí se quedaron atrapadas en mi mente.
El resto fue fácil, el atravesar el tímpano no es problema para ellas, son palabras, lo hacen todos los días, bueno, y los huesecillos, para qué contarte. Se pasearon por mi cerebro, dejando ese aroma raro que el miedo disimula y que la pregunta encerraba. Y es que, las palabras, al ser creadas en la mente tienen más facilidad de dejar un rastro a su paso con su significado. Ese rumorcillo que dejaron a su paso, empezó a crear ideas sin sentido aparente. Al cabo de un tiempo, había tantas ideas dejadas atrás por las palabras, que al difundir y chocar, empezaron a tomar cuerpo de historia en mi mente dormida. Eso fue el preludio de un sueño. La imaginación, siempre ansiosa, tardó poco en atrapar ese preludio y darle forma. Así es como soñamos lo que intentamos evitar conscientes. En mi caso se tornó pesadilla.
Mi princesita se iba, me dejaba, me ignoraba: "me mamé de la maricada" decía. Yo observaba escondido, por no meterme en su vida, tras una persiana de madera medio rota . Y sólo oía a la niña decir mirándome de reojo "Noooooo marica, ¿y vos qué?".